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Animación a la lectura
Cuando nos propusieron elegir, dentro del Plan lector de nuestro centro, una de entre las propuestas realizadas por la editorial Everest, para el desarrollo de la actividad encaminada a la "Animación a la Lectura", no lo dudamos y elegimos la visita de Fernando Saldaña porque era, ante nuestro alumnado, un éxito asegurado.¡No nos equivocamos!
Vestido de negro, como acostumbra, con su aspecto de hombre bonachón y con una sonrisa agradabe nos recibió, en la Biblioteca del colegio, en la mañana del martes 7 de febrero. Poco se podían imaginar nuestras alumnas y alumnos lo que les esperaba: pasar un buen momento de diversión, entretenimiento y júbilo a costa del "savoir faire" de este mago de la palabra cuyo apellido marca la antesala del espectáculo como si de palabras mágicas se tratara: ...Lasaña, Sandalia...¡Saldaña!
Su experiencia en este terreno de los "cuentacuentos" es manifiesta . Lo bueno de su "espectáculo" es que no necesita recurrir a grandilocuencias de ningún tipo. Consigue, con mucha sencillez, que toda su narrativa sea visualizada por el espectador dejando bien claro que el espectáculo es él mismo y que las historias a contar pudieran ser metáforas de lo que debe ser, a su entender, una buena lectura: emociones, sensaciones, gestos, expresiones, voces, trucos de magia y energía positiva aún a riesgo de parecer, a la hora de leer, a los ojos del ajeno, un poco locos. Nos hace ver y comprender, a su modo, que una lectura si no es vivida es otra cosa o, al menos, no es lo que él y muchos entendemos por lectura.
En esta ocasión, utilizando a su abuela como hilo argumental de su historia, nos contó su versión de "Juan sin miedo". Una versión que, huyendo de los estereotipos convencionales de la Literatura Infantil, captó el interés y la atención del público desde la primera a la última de sus palabras.
Nada escapa a su control y logra llevar a los jóvenes espectadores, en cada momento, al punto exacto de participación. No requiere ni exige silencio porque sabe aprovechar la algarabía, los espasmos emocionales e involuntarios del público infantil y la implicación de los oyentes para enriquecer su narrativa de tal modo que el público pasa a formar parte de la historia y la historia pasa a ser, por momentos, una vivencia más del público.
Cerramos este artículo manifestando nuestro agradecimiento a la editorial Everest y a Fernando Saldaña por el buen momento que nos han hecho pasar al calor de una buena y bonita historia y por hacernos comprender que la lectura debe escapar de las páginas de los libros para adentrase en nuestras mentes formando un universo nuevo y extraordinario en el que los protagonistas de las historias seamos los propios lectores.
¡Hasta siempre, SALDAÑA!
