- Papa, ¿tú sabes lo que hay que hacer p'a tener miedo?
- No se dice "p'a tener", se dice "para tener".
- Bueno, pues p'a eso.
¡Buenas noches! Sí, he dicho "buenas noches" y más vale que me contestes porque si no...
Juan no sabe lo que es el miedo. Constantemente le pregunta a su padre acerca de él. El progenitor, harto de tanta insistencia, decide hablar con el sacristán, el bromista del pueblo y especialista en dar "unos sustos... ¡De muerte!"
El fracaso es sonado.
Juan, en busca del miedo, viajará por mundos extraños, dormirá junto a delincuentes ahorcados, y tratará de romper el maleficio que impide que el rey, y su hija, la princesa, puedan vivir en su castillo.
Se enfrentará a tigres feroces que intentarán destrozarle la cara con sus garras.
Luchará contra una momia asesina, enviada al mundo de los vivos para acabar con su vida.
Conocerá a hombres que son, según deseen, uno entero y dos mitades.
Triunfará y se casará, hasta que un día, de la mano de la princesa, su esposa, descubrirá lo que es el miedo.
Juan sin Miedo nació (en 2012) con vocación de "asustar" a los peques de ocho y nueve años. Quería algo que les mantuviese en tensión, que les hiciera pensar en que detrás de un susto viene otro... Y creo que lo conseguí.
Juan sin Miedo nació siendo un poco más barroco de lo que es hoy, Lo adorné con juegos de magia que luego suprimí. No hacían falta, casi ,casi estorbaban.
Juan sin Miedo quedó entonces reducido a la narración, a los juegos de voces, al mimo, al gesto y a las poses... Al susto, al miedo, a la risa...
Y me gusta.
Y les gusta.
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