7/11/19

EL CONDE LUCANOR


Durante muchos años trabajé en un centro de menores. Uno de los perfiles de muchachos, era el del infractor. El quinqui, que dicen muchos. A medida que fui conociéndoles, a medida que me enteré de sus historias, descubrí que el bien y el mal no son conceptos absolutos.

Convertido en Patronio del siglo XXI, narro alguno de los cuentos al tiempo que refiero historias reales de algunas chicas y chicos con los que compartí magia, circo y vida.
El resultado es un espectáculo abierto al debate, a la polémica, a la controversia.
Cuentos, vidas reales, magia.
Historias de ilusión y realidad que nos ayudan a entender un mundo distorsionado, desenfocado, diferente. Porque no hay verdades absolutas.

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